El Non-Exercise Activity Thermogenesis (NEAT) es uno de los conceptos más subestimados en la salud y el bienestar. Este término se refiere a la energía que quemamos en actividades diarias que no son ejercicio formal, como caminar, limpiar o incluso gesticular. Aunque puede parecer insignificante, el NEAT puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida y objetivos físicos. En un mundo cada vez más sedentario, descubrir cómo aprovechar el poder del movimiento cotidiano puede ser la clave para una vida más saludable y activa.
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ToggleEl NEAT representa todas las actividades que hacemos fuera del ejercicio estructurado, el sueño o la digestión. Desde levantar una caja hasta caminar hacia el refrigerador, estas acciones suman un gasto calórico significativo. Estudios han demostrado que el NEAT puede variar hasta 2000 calorías diarias entre individuos según su estilo de vida. Este gasto energético es crucial para mantener un equilibrio calórico, especialmente en personas que tienen trabajos sedentarios.
Incrementar el NEAT no solo ayuda a quemar calorías adicionales sino que también combate los efectos negativos de estar sentado por largos períodos. Aquellos que integran más movimiento en sus rutinas tienen un menor riesgo de padecer enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
El metabolismo basal constituye el mayor porcentaje de las calorías que gastamos diariamente, pero el NEAT puede representar hasta un 15% de ese gasto total. En personas físicamente activas o con ocupaciones demandantes, este porcentaje puede ser aún mayor. Es decir, pequeñas acciones repetidas a lo largo del día se convierten en una herramienta poderosa para equilibrar el gasto energético.
Por ejemplo, subir escaleras en lugar de usar un elevador puede parecer trivial, pero su impacto acumulativo es considerable. Este tipo de decisiones diarias no solo promueven el movimiento físico, sino que también mejoran el flujo sanguíneo y el estado de ánimo.
Aunque el ejercicio estructurado tiene numerosos beneficios para la salud, no siempre es suficiente para contrarrestar el sedentarismo si pasamos muchas horas sentados. El NEAT, por otro lado, está distribuido a lo largo del día y se integra de manera natural en nuestras actividades.
Un estudio publicado en Mayo Clinic Proceedings destaca que incluso entre las personas que realizan ejercicio regularmente, quienes tienen un NEAT más alto tienden a tener una mejor salud cardiovascular y menor grasa corporal. Esto subraya la importancia de combinar ambas formas de actividad para optimizar los beneficios.
Investigaciones respaldan que el NEAT no solo ayuda a controlar el peso, sino que también reduce el riesgo de enfermedades crónicas. Un análisis en The Lancet reveló que aumentar el movimiento cotidiano puede disminuir hasta un 30% el riesgo de diabetes tipo 2. Además, estudios en trabajadores de oficina indican que pausas activas cada hora mejoran los niveles de glucosa en sangre y reducen la presión arterial.
Pequeñas acciones como caminar mientras hablas por teléfono o estacionar el auto más lejos pueden tener beneficios desproporcionadamente grandes en comparación con el esfuerzo que implican.
Adoptar estrategias simples puede transformar tu NEAT sin necesidad de grandes sacrificios. Algunas de las más efectivas incluyen:
Estas acciones son especialmente útiles para quienes trabajan desde casa o en oficinas, donde el movimiento puede ser limitado.
Los ambientes laborales modernos presentan desafíos únicos para mantenernos activos. Sin embargo, con algunos ajustes es posible incrementar el movimiento. Por ejemplo:
Estas prácticas no solo incrementan el NEAT, sino que también mejoran la productividad y el bienestar emocional.
El NEAT es una herramienta esencial para quienes buscan perder peso o mantenerlo. Aumentar el gasto calórico diario a través de movimiento espontáneo facilita alcanzar un déficit calórico, clave para la pérdida de grasa.
Además, incorporar movimiento extra en lugar de depender exclusivamente de dietas restrictivas permite una relación más sostenible con la alimentación.
Convertir el movimiento en un hábito es la forma más efectiva de mantener un NEAT alto. Algunas ideas incluyen:
A pesar de los beneficios comprobados, hay mitos alrededor del NEAT que pueden desinformar. Algunos creen que solo el ejercicio intenso cuenta como actividad física, lo cual es incorrecto. Por otro lado, es importante entender que el NEAT no reemplaza los beneficios del ejercicio regular, sino que lo complementa.
Integrar más movimiento en tu vida diaria no requiere grandes esfuerzos, pero sí una mentalidad activa. Aprovechar el poder del NEAT puede transformar tu salud y bienestar, haciéndolo un aliado esencial en la lucha contra el sedentarismo. Cada paso cuenta, y con cada pequeño movimiento estás invirtiendo en un futuro más saludable.
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