La pregunta sobre si es adecuado hacer cardio antes de un entrenamiento de fuerza ha generado debates entre deportistas y expertos en fitness. Mientras algunos consideran que el cardio previo puede reducir el rendimiento en las pesas, otros lo ven como una forma ideal de preparar el cuerpo para el esfuerzo físico. A lo largo de este artículo exploraremos en profundidad el impacto que tiene el cardio antes de las pesas, cómo afecta a distintos objetivos como la hipertrofia o la pérdida de peso, y cuál es la mejor estrategia para cada caso.
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ToggleUna de las claves para entender esta cuestión es el análisis de los efectos fisiológicos que el cardio tiene sobre el cuerpo. Realizar un ejercicio cardiovascular intenso antes del entrenamiento de fuerza puede agotar las reservas de energía disponibles, lo que lleva a una menor capacidad para rendir al máximo durante la sesión de pesas. Estudios han demostrado que la fatiga muscular generada por el cardio puede interferir con la capacidad de generar fuerza, afectando especialmente a quienes buscan aumentar su masa muscular. Por tanto, el momento en el que se realiza el cardio depende en gran medida del objetivo personal.
Un cardio prolongado antes del entrenamiento de fuerza tiene el potencial de reducir significativamente el rendimiento. Esto ocurre debido a la depleción del glucógeno muscular, que es la principal fuente de energía para el ejercicio de alta intensidad. Además, realizar cardio prolongado eleva la frecuencia cardíaca, lo que puede llevar a la fatiga cardiovascular, limitando la capacidad para levantar peso en las series más pesadas. Para aquellos cuyo objetivo es la hipertrofia muscular, es fundamental conservar la energía para las pesas, ya que la intensidad es clave para estimular el crecimiento muscular.
Hacer cardio antes de entrenar puede tener algunos beneficios si se mantiene en una intensidad baja o moderada. Un calentamiento de unos cinco minutos en la cinta o la bicicleta puede mejorar la circulación sanguínea y preparar los músculos para el esfuerzo posterior. Esto ayuda a reducir el riesgo de lesiones y mejora la movilidad, factores importantes para un entrenamiento efectivo. Sin embargo, el problema surge cuando el cardio se extiende más allá del calentamiento o se realiza a una alta intensidad, lo que puede tener efectos negativos sobre la fuerza y el rendimiento muscular.
El objetivo de la hipertrofia muscular requiere que el cuerpo esté en las mejores condiciones para levantar grandes pesos y alcanzar la fatiga muscular. Realizar cardio antes de entrenar puede interferir con este proceso, ya que el sistema nervioso central puede verse afectado por la fatiga acumulada del cardio, limitando la capacidad para reclutar fibras musculares durante los levantamientos pesados. Si el objetivo es maximizar la ganancia de masa muscular, hacer cardio prolongado antes del entrenamiento de fuerza no es la mejor opción. Es más recomendable reservar el cardio para después del entrenamiento o incluso en días separados.
La cantidad de cardio adecuada antes de una sesión de fuerza depende del objetivo de cada persona. Un poco de cardio, como unos minutos de trote ligero, puede ser útil para preparar el cuerpo. Sin embargo, los estudios indican que sesiones prolongadas de más de 30 minutos de cardio antes de un entrenamiento de fuerza pueden disminuir el rendimiento en un 20% o más. Este fenómeno es conocido como la interferencia del entrenamiento concurrente, donde el cardio afecta negativamente a las adaptaciones de la fuerza cuando ambos se realizan en la misma sesión.
El cardio como calentamiento, en sesiones cortas y de baja intensidad, es una excelente manera de preparar el cuerpo para entrenar. Unos cinco minutos de cardio ligero pueden ayudar a aumentar la temperatura corporal, mejorar la circulación sanguínea y activar las articulaciones, lo cual puede prevenir lesiones durante el entrenamiento de fuerza. Este enfoque permite mantener las reservas de energía necesarias para levantar pesas sin comprometer el rendimiento.
Para aquellos que buscan perder peso, el momento del cardio puede ser crucial. Realizar el cardio después del entrenamiento de fuerza tiene múltiples beneficios. Durante una sesión de pesas, se agotan las reservas de glucógeno, lo que hace que el cuerpo comience a utilizar la grasa como fuente de energía en la sesión de cardio posterior. Además, el entrenamiento de fuerza también ayuda a mantener el metabolismo elevado después del ejercicio, optimizando así la quema de grasa. Esta estrategia ha sido avalada por investigaciones que sugieren que el cardio después de las pesas es más efectivo para la pérdida de grasa.
El orden y la intensidad del cardio en relación con las pesas dependen en gran medida de los objetivos de cada persona. Para quienes buscan la hipertrofia, lo ideal es dejar el cardio para después o en días separados. Por otro lado, si el objetivo es mejorar la resistencia cardiovascular, el cardio antes del entrenamiento puede tener beneficios. Para la pérdida de peso, lo más recomendable es hacer el cardio después de las pesas, como se mencionó previamente, aprovechando el estado metabólico que favorece la quema de grasa.
Una de las estrategias más efectivas es separar el cardio del entrenamiento de fuerza en días distintos. De esta manera, se puede maximizar el rendimiento en ambas modalidades sin que una interfiera con la otra. Hacer cardio en días distintos permite enfocarse plenamente en los objetivos de fuerza y, al mismo tiempo, obtener todos los beneficios del entrenamiento cardiovascular. Este enfoque es recomendado por entrenadores y expertos para quienes buscan tanto ganar músculo como mejorar la resistencia y la salud cardiovascular.
Para combinar eficazmente el cardio con el entrenamiento de pesas, es esencial diseñar un plan que se ajuste a tus objetivos personales. Aquellos que desean priorizar la ganancia muscular pueden optar por entrenar fuerza tres o cuatro días a la semana, reservando uno o dos días para el cardio. Por el contrario, quienes desean perder peso pueden integrar sesiones de cardio moderado después de las pesas o alternarlas en días consecutivos. Lo importante es asegurarse de que cada tipo de ejercicio complemente el otro, sin generar interferencias que limiten los resultados.
La respuesta depende de tus metas individuales. Si tu objetivo principal es ganar músculo y mejorar tu rendimiento en el levantamiento de pesas, lo mejor es dejar el cardio para después o en días separados. Un calentamiento ligero con cardio antes de entrenar puede ser beneficioso, pero siempre debe mantenerse en baja intensidad. Para la pérdida de peso, el cardio después de las pesas es más eficiente, ya que aprovecha el estado de quema de grasa inducido por el entrenamiento de fuerza. Adaptar la estrategia según tus objetivos es la clave para maximizar los beneficios de ambos tipos de ejercicio.
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